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MI CASTILLO




Aprovechando las excelentes oportunidades que nos brinda el avance de la tecnología, creo que en primera instancia debo comenzar por asignar prioridades. Al respecto (y como no debería ser de otra forma), comenzaré con una breve síntesis de descripción de mi persona. Esto lo hago a los efectos de que aquellos que desconozcan sobre mi existencia, tengan por lo menos una aproximación y una visión general de quien a través de esta página, ocupa parte de su valioso tiempo.-


Les diré que soy de la República Oriental del Uruguay, nacido en el año 1945. Actualmente cuento con 62 años de edad. Mi vida ha sido la de un hombre común, de educación media, habiendo desarrollado actividades laborales diversas y en estos momentos ya retirado de las mismas y amparado al régimen jubilatorio existente en mi país.-
Me autoconsidero una persona laboriosa, de sólidos principios  y con ciertas dotes de creatividad. Como ejemplo de ello, sin excluir por supuesto otros aspectos inherentes a mi personalidad, pretendo hacerles conocer mi fuente de jardín descripta con anterioridad (ver nota margen derecho).-




Orígenes del proyecto

 

Todo comenzó con el deseo de contar con una fuente de agua en el jardín de mi casa. -Prontamente comprendí que si adquiría una en los comercios de plaza, seguramente otras personas tendrían fuentes iguales a la mía, dado que las empresas realizan determinados diseños y luego las fabrican en serie.-

 
 
 
Para evitar este inconveniente y por supuesto buscando cierta originalidad, decidí intentar realizar por mis propios medios una fuente que tendría que adaptarse además a las características de la vivienda para no desentonar con la misma.-
 
 
 
Pasó algún tiempo en que mi mente buscó la forma que tendría que tener la fuente. Mi casa cuenta con aberturas de arco de medio punto en madera (también diseño seleccionado por mi) y además un muro de frente construído en piedra y con cerco también en madera.-
 
 
 
Hasta que llegó el momento mágico, ese que no se puede determinar el por qué surgen ciertas ideas, en que mi mente concibió mi fuente con forma de castillo medieval, con sus torres, edificio principal, ventanas, puertas, foso y hasta un puente levadizo.-
 
 





 
 
Tenía luego que intentar plasmar en el papel lo que como primeras imágenes mi imaginación había concebido. Este fue mi primer dibujo, malo por supuesto (siempre he sido malo en esta materia).-

Percibía que había cosas que no reflejaban cabalmente lo que se pretendía. A continuación les mostraré el segundo dibujo en donde se introdujeron modificaciones que me aproximaron más a lo que en definitiva y a posterior, se transformó en la idea final.-





 
 
Como podrán apreciar, si bien es cierto que se mantuvo la fisonomía de los muros exteriores, por otro lado desaparecieron las torres con techos semi cónicos y por sobre todas las cosas, el que sufrió mayores cambios estructurales y por ende visuales, fue el edificio central.-




Materiales


 

Comenzó luego una de las etapas más difíciles y que consistió en determinar los materiales con los cuales se construiría la obra. Inicialmente pretendí realizarla utilizando pequeños cortes de piedra (a escala adecuada, por supuesto) y teniendo en cuenta que toda la construcción y en números redondos, tiene una superficie de dos metros por uno y medio.-

 
 
Primera dificultad que se presentó, dado el hecho que costear el corte de miles de piedritas que insumiría el castillo, representaba un gasto elevadísimo, quedaba entonces absolutamente fuera de mi alcance.-
 
 
Debía entonces buscar alternativas y lentamente las fui logrando. Decidí hacerlo utilizando materiales que se utilizan en las construcciones modernas como el hierro, cemento, piedra y arena.-
 
 
En el garage de mi casa (con espacio libre por no tener vehículo, armé un encofrado de madera apoyado en cuatro patas de caños de hierro que me permitirían luego trabajar a una altura adecuada (algo así como a la altura de una mesa).-
 
 
Ese encofrado me permitió construir la base de hormigón armado e incluir sobre ella la estructura de hierro con las diferentes formas de los edificios y los muros circundantes. A esos efectos y teniendo en cuenta las proporcionalidades del caso, utilicé una malla de hierro galvanizado con cuadrados de dos centímetros y medio e inmediatamente me dediqué a cortar y moldear todo lo necesario. Al concluir esta etapa, el castillo era apenas una estructura metálica que al observarlo me producía la sensación de estar viendo un diseño de esos que se crean con los programas de computadora.-
 
 
A continuación les mostraré una fotografía (tomada con cámara web de una foto real), donde espero puedan apreciar esa conformación inicial que la ubiqué provisoriamente y a los efectos fotográficos, en el sitio que ocuparía al final en el jardín del frente de la casa.-





A esta altura del relato, comprendo que tal vez resulte algo aburrido el abundar en tantos detalles, pero espero sinceramente me sepan disculpar por eso. Lo que sucede es que al momento que escribo estas descripciones, (abril del 2008), ya han pasado más de tres años y medio desde que inicié su construcción y que aún no ha finalizado. Así que imagínense cuántas cosas más tengo para contarles. Si se sienten ya aburridos, no quiero ni pensar de cómo estarán al final de la historia !!!



Etapa dos


 

Ya armada toda la estructura de malla de alambre y atada a la parrilla de hierro que formaría la losa o base de hormigón del piso del castillo, se debía proceder al llenado de esta base. Por supuesto y además tratándose precisamente de una fuente de agua y previo al llenado con hormigón (o concreto, según el vocabulario de quien lea), se tenían que tener en cuenta los desagües que permitieran al agua salir y conectarse al foso que se construiría a posterior y que oficiaría como depósito de la misma. Para eso utilicé moldes de cubitos de hielo de plástico (como los que se utilizan para agregar en las bebidas), y conecté éstos a unos cañitos de cobre que además pasaban a través de los laterales del encofrado conectándose con el área de descarga al futuro foso. El castillo cuenta con cuatro torres laterales y coloqué ocho cámaras de desagüe (dos por cada torre hacia ambos lados de las mismas).-

 
 
Algo que he omitido describir es que la fuente de agua (como toda fuente), es de reciclo, o sea, el foso oficia de contenedor del agua, una bomba la eleva hasta el edificio central por la que surge y luego retorna al foso.-
 
 
Vino luego el llenado de hormigón, cuidando de que el mismo no se introdujera en los moldes de cubos de hielo que darían formas a las cámaras o huecos por donde el agua (cañitos mediantes) retornaría al foso.-
 
 
 Ya fraguado (secado) el hormigón, procedí entonces a quitar en principio los moldes de plástico de las pequeñas cámaras de desagüe y me dediqué a elaborar el encofrado (o moldes de madera fina y en otros casos cartón plástico e inclusive chapa) que me permitirían llenar los muros, paredes y techos de los diferentes edificios ya que hasta el momento contaba solamente con una base sólida de hormigón y una estructura metálica adosada a la misma.-
 
 
Previamente debí pensar en las aberturas, puertas, ventanas, estás últimas son en total treinta y dos (nada más y nada menos). A los efectos de lograr que quedaran los huecos de todas esas aberturas, corté unos flejes de chapa de aproximadamente dos centímetros de ancho, les di el largo correspondiente al perímetro de cada abertura y moldeé para que se obtuviera la forma deseada en cada caso.- No me resulta del todo fácil describir la función de estas molduras, pero bueno, haré mi mejor esfuerzo. Se supone que llenaría en principio las paredes. En muchas de ellas habría ventanas o alguna puerta.-Entonces y con sumo cuidado determiné el lugar que entendí más adecuado para colocarlas, les hice cortes para que pudiesen pasar a través de los alambres de la malla metálica hasta la mitad. Al hacer las cosas de esta forma, colocados los encofrados por el exterior y el interior de cada edificio, cuando se procediese al llenado con hormigón, obviamente quedarían los huecos con la forma de las aberturas. Y así fué.-
 
 
Otro elemento que tampoco describí (vaya omisión), es que antes de llenar la base con hormigón y como los edificios tenían que tener iluminación (en este caso eléctrica, mas allá de que en la época medieval no existía), tuve que conectar caños flexibles corrugados por debajo del encofrado de base que ingresaran a los edificios y que a posterior me permitieran introducir los cables de conección eléctrica, como asimismo otro caño corrugado de mayor diámetro para que pasase la manguera de agua por el piso del edificio central que provendría del lugar de bombeo.-
 
 
 
 
 
 
 
 
Bueno, ahora una foto personal actualizada (febrero de 2008) para romper un poco con la monotonía del relato.-







 

Mejor ? O tal vez peor ?   En todo caso y como dice el dicho : "show must go on" y el relato también debe seguir adelante.-

Pasaron varios meses en la elaboración de las placas que oficiarían de moldes. Utilicé diferentes herramientas de acuerdo a la necesidad, herramientas tales como serrucho, sierras de calado o tijera de cortar metales si de este elemento se tratase.- Tarea obviamente compleja, no solo por la multiplicidad de los cortes que hubo que realizar, sino además por la presión que debía lograrse en su ensamblaje a los efectos que todas las piezas se ajustaran de forma tal que ninguna de ellas se superpusiera con otra, como tampoco que quedara algún hueco por donde pudiera escaparse el hormigón al efectuarse el llenado. Tuve que acudir a mi mejor sentido de improvisación para que todo esto quedara bien alineado, pegado entre si por medio de adhesivos, prensas, clavos pequeños e inclusive objetos pesados que evitaran que la presión del material al ingresar provocara que se abrieran sobre todo por el lado de las bases. 



Llenado con hormigón

 

Concluída esta tarea, tuve que abocarme a llenar las paredes y los muros. Obviamente estaba ante una obra de construcción sumamente diminuta (en proporción a un edificio real) y por consiguiente, no podía utilizar el hormigón tradicional, con piedras de un tamaño tal que no podrían pasar, ni por asomo, por tan pequeños espacios. Dato a suministrar: el espesor de los muros, por ejemplo, era de un centímetro y medio.-

 
Para solucionar esto que sería un inconveniente insalvable, decidí, manteniendo si los elementos que se usan en el hormigón (piedra, arena y cemento), pero seleccionándolos en sus tamaños más minúsculos, ejemplo: usé lo que aquí denominamos "pedregullín" (unas piedritas pequeñísimas) y sustituyendo a la arena gruesa usé en su lugar arena fina. El único elemento que no tuve que sustituir fue el cemento que ya de por si es un polvo sumamente fino como seguramente todos ustedes deben saber.-
 
 
Manos a la obra. Seleccionar las proporciones de los elementos, mezclar, agregar agua necesaria y a llenar !!!!.-
 
 
Utilicé en sustitución de la clásica cuchara de albañil una cuchara sopera !!!! Y así fuí procediendo, poco a poco, ayudando a que el material llegase al fondo mediante el uso de una pequeña varilla y golpecitos sobre el encofrado. Para que se tenga una idea más cabal del trabajo, les digo que en el caso de los muros el espacio entre placas era de un centímetro y medio como ya les dije y una altura de treinta y tres centímetros.-
 
 
Sudor y lágrimas, como en la película, pero sobretodo, paciencia, mucha paciencia. Al final, todo se llenó.-
 
 
Vino luego un período de espera, mientras todo se secaba. No lo recuerdo bien, pero debe haber sido alrededor de una semana. Fué una semana de grandes espectativas e incertidumbres. La pregunta que más rondaba mi cabeza era qué ocurriría al desarmar. Sería posible hacerlo sin que se rompiera el material ? Sería posible que todo se hubiera llenado en forma correcta sin que hubiesen quedado huecos ?.-
 
 
Y llegó el momento de la verdad. A desarmar !!!!
 
 
Primera enorme satisfacción. Todo resultó a las mil maravillas. Nada se rompió. Ningún hueco en parte alguna. Esta fue para mi como una prueba de fuego. Sentí en ese momento que más allá de mis proyectos, el sueño era posible.-
 
 
 
 
 
Ha llegado el momento de que les permita descansar un poco de tanto palabrerío y pasaré a mostrarles algunas fotografías de como había quedado después del desarme. Aclaro que las mismas son tomadas con cámara web de fotos sacadas en su momento y por consiguiente carentes en absoluto de calidad. Pero bueno, la intención es que por lo menos tengan una idea de como estaba la estructura en ese momento.-
 

 

 
 
 
 
Primera enorme satisfacción. Todo resultó a las mil maravillas. Nada se rompió. Ningún hueco en parte alguna. Esta fue para mi como una prueba de fuego. Sentí en ese momento que más allá de mis proyectos, el sueño era posible.-
 
 
 
 
 
Ha llegado el momento de que les permita descansar un poco de tanto palabrerío y pasaré a mostrarles algunas fotografías de como había quedado después del desarme. Aclaro que las mismas son tomadas con cámara web de fotos sacadas en su momento y por consiguiente carentes en absoluto de calidad. Pero bueno, la intención es que por lo menos tengan una idea de como estaba la estructura en ese momento.-
 
 
 
 




 
Como pueden apreciar, allí estaba sobre su plataforma, totalmente en bruto y aún sin haberle quitado las molduras metálicas de las aberturas como tampoco las molduras de las ménsulas que sostienen los aleros de los techos que comento además, terrible trabajo me dieron. Son pequeñas cajitas formadas por cinco piezas cada una y con una abertura por la parte superior para facilitar su llenado. Aclaro un aspecto importante : los techos tanto de los edificios como de las propias torres fueron hechos separados de la estructura principal. En este momento simplemente estaban apoyados en su lugar y posteriormente serían pegados (cuando el castillo fuera trasladado a su lugar definitivo en el jardín).-
A continuación, algunas fotitos más.-















 
Si. Ya se. Como que fotográficamente vamos de mal en peor. Pero no perdamos las esperanzas. Les prometo que haré mis mejores esfuerzos para que esto vaya mejorando de a poco (comprendan que apenas puedo manejar los elementos básicos que se me brindan). No le pidamos peras al olmo !!!!!
 
 
 
Lamentablemente debemos seguir en la descripción del proceso (lamentablemente digo, tal vez para algunos. Para otros tal vez pueda resultar entretenido o interesante, o ambas cosas a la vez y tal vez algo más, vaya a saber).-
 
Otro aspecto que me parece pertinente destacar y del cual no he hecho referencia hasta ahora, es la forma en que se construyeron los techos.-
 
Como expresé en oportunidad anterior, los mismos fueron realizados en forma independiente, separados de la estructura general. Comenzaré por consiguiente con la descripción en principio de cómo elaboré los techos de las cuatro torres laterales..-
 
Habiendo calculado previamente el tamaño de dichas torres en cuanto a su diámetro y altura con la aspiración de mantener cierta proporcionalidad con el resto, obviamente el techo tenía que estar en la misma línea de consonancia. La complejidad mayor del asunto estribaba en que éstos tienen forma circular y esto naturalmente generaba inconvenientes a la hora de determinar como podrían construirse y qué elementos utilizar para eso.-
 
Casi que desde siempre, o por lo menos a partir del momento en que adquirí cierta madurez, he considerado que en la vida, además de las capacidades que se hayan adquirido, la férrea voluntad e incluso la firmeza en la toma de desiciones y la consecuencia para el logro de determinado objetivo fijado, no siempre son suficientes a menos que medie un factor llamado suerte. A quién no le ha pasado? Estoy plenamente convencido de eso. Es más, no se si todos los que me lean, pero seguro que una gran mayoría, estará plenamente de acuerdo conmigo. Siempre me he considerado un individuo con suerte y esto que me han pasado cosas malas como a todos. En este caso, con respecto a la construcción de los techos de las torres, mi gran amiga la suerte, no me podía fallar !!!!
 
Mientras mis viejas neuronas se debatían en una lucha incansable por hallar una puerta de salida, de pronto mis ojos se posaron sobre un carrete de plástico, de esos en que vienen los rollos de alambre de cobre. Estaba sobre la parte superior de un mueble. Ansiosamente me dirigí hacia él mientras la duda que se presentaba era si su diámetro sería el adecuado. Lo tomé, lo presenté sobre una de las torres y, oh milagro !!!! , parecía como que hubiera sido hecho para que yo lo usara en mi castillo.-
 
Utilicé para contener las paredes del futuro hormigón una chapa fina muy flexible elaborando la cara exterior y la interior con sus cortes correspondientes, hice algunos agujeros con taladro en el carrete para afirmar luego la cara exterior con tornillos a éste y la cara interior que debía quedar en cierta forma suspendida del fondo del piso para que éste fuera cubierto con hormigón, quedó ciertamente "colgada" de la otra mediante "pestañas" que prácticamente abrazaban a la moldura exterior. Armé luego los cuatro esqueletos de hierro (malla de alambre) y en cuanto pude, llené con hormigón. Secado este primer techo, simplemente desarmé y rearmé para el siguiente y así susesivamente.-
 
De esta manera simple y a su vez compleja, logré que los cuatro techos tuvieran la misma forma y tamaño, cosa sumamente importante para lograr el equilibrio estético y visual desde todos los ángulos.-
 
Los comentarios con respecto a los otros dos edificios (que en total son seis, incluyendo las cuatro torres), los dejaré para más adelante.-




Ubicación geográfica


Se supone y además doy por absolutamente descontado, que internet es el medio de comunicación que permite acceder a millones de temas a escala mundial. Los avances de la tecnología y el desarrollo empresarial, va permitiendo que día a día, minuto a minuto, más usuarios puedan acceder a toda la información que la red permite.-

 
De acuerdo a cada individuo, dependiendo de sus propias necesidades, formación intelectual, académica, laboral, informativa, o simplemente como medio de esparcimiento o mero gusto personal (entre otros innumerables items), este increíble medio permite satisfacer infinitas necesidades.-
 
Desde mi humilde punto de vista, es, en esencia, el medio de información y formación por excelencia, siempre que se utilice en forma adecuada y conveniente.-
 
Y la formación en este caso pasa a ser sinónimo de cultura y la cultura significa nada más ni nada menos que evolución. Evolución individual, pero también colectiva y todos estos elementos hacen al avance de la humanidad.-
 
En esta línea de razonamiento, entiendo que corresponde por mi parte (ya que de difundir información se trata), que por lo menos a través de un pequeño resumen ubique a los lectores de esta página, el lugar preciso donde se encuentra este pequeño castillo medieval-fuente de agua de jardín.-
 
 
 
Por supuesto que para aquellos que conozcan mi país y ni que hablar de mis propios compatriotas, la información que suministraré resultará redundante. La idea es dirigirme a aquellos que desconozcan el tema y que por lo menos a través de un pequeño pantallazo puedan acceder a él.-






 
 
 
La República Oriental del Uruguay es un pequeño país de américa del sur. Con una superficie de 176.215 kilómetros cuadrados y una población de casi 3.400.000 habitantes es el segundo más pequeño del subcontinente. Por el norte y el noreste limita con Brasil, por el oeste con Argentina, al sur con el Río de la Plata y por el sureste con el océano Atlántico.-








 
Ese pequeño lugar coloreado en amarillo es el Uruguay. Estamos entre dos verdaderos colosos, Brasil y Argentina. Podría decirse y con propiedad, que somos un enanito entre dos gigantes. Y así es.-
 
La capital del país es Montevideo y su ciudad nuclea casi la mitad de la población. Con justa razón se nos cataloga de país "macrocefálico".-
 
El Uruguay está dividido en 19 departamentos y Montevideo se encuentra al sur (ver mapa anterior, departamento coloreado en rojo). Y ahí es donde vivo.-
 
Mi casa se encuentra en una de las áreas suburbanas en un barrio que se denomina Santa Catalina. La construcción de esta casa comenzó en el año 1984 habiendo podido mudarme a ella recién en 1990 con su estructura a medio hacer. El paso del tiempo, esfuerzos mediantes, me permitió concluir su construcción y podría decir en estos momentos que está medianamente terminada.-







 
Aclaración:  El pequeño animal que se aprecia en primer plano, no se trata de "La gata sobre el tejado caliente" En todo caso podría ser: "La gata sobre el buzón de madera caliente"  Ja.. Ja..Ja.....





Estas son dos fotos de la casa antes de haberse instalado el castillo.-



Continuación del relato


Habíamos quedado en que continuaría con la definición de los edificios central y posterior. Comenzaremos entonces por el primero. El mismo mantuvo en general la forma rectangular que había concebido al momento de realizar el segundo dibujo. Tuve si que cambiar su posición dentro del patio interior dado que el castillo es más largo en su frente que en los laterales y esto debía hacerlo para armonizar ambas posiciones y al mismo tiempo administrar mejor los espacios en el propio patio interior.-

 
En lo referente al techo, lo diseñé ligeramente superior al perímetro de las paredes a los efectos de que se formaran aleros sostenidos como todos (ver fotos) por ménsulas, en este caso, diez en total.-
 
La altura del mismo representa la de un edificio de tres plantas (no olvidemos que los diferentes ambientes de la época poseían alturas considerables) y cuenta además con una puerta de entrada de grandes dimensiones y once ventanas.-
 
Pasemos ahora al edificio posterior. Es de forma cuadrada con un techo piramidal. Tres ventanas, una mirando hacia el fondo y dos laterales. Me detengo en este tema porque estas ventanas poseen características diferentes al resto. Por tratarse precisamente de un techo piramidal, las ventanas debían, para mantener su verticalidad natural y lógica, salirse en cierta forma de la inclinación del techo donde se ubicara. Les comento que idear los tres moldes que me permitieran lograr esto, me insumió muchas horas de análisis y muchísimos cálculos y dibujos deshechos. Hasta que al final esto se logró con total éxito para mi satisfacción personal (creo que se adaptaron muy bien) y por tratarse además de un diseño diferente se destacan de una forma muy particular en el conjunto.-
 
La idea de la construcción de este edificio era para que oficiara como salón de celebración de actos religiosos, muy de estilo en esos tiempos.-
 
 
 
Tenía ya la estructura completa en hormigón, se quitaron todos los moldes y venía ahora una nueva etapa que consistía  en brindarle una terminación tal que simulase la piedra con que se construían. Manejé diversas alternativas, desde piedras naturales para su revestimiento con formas irregulares, o cortes en cerámica que imitasen la misma, pero en ambos casos subsitía la misma dificultad: el espesor de los elementos y la complejidad de su armado y cementación.-
 
Luego de muchos días de pensar y repensar el asunto, decidí realizar una técnica que a la postre me resultó sumamente práctica y efectiva.-
 
Decidí efectuar el revestimiento de todo el castillo cubriéndolo con una pasta de material como quien revoca paredes. Los elementos base son los que habitualmente se emplean, arena y cemento. Luego de realizar varias muestras y ver los resultados y después de varios cambios de proporcionalidad, la textura,  maneabilidad y apariencia visual de esos primeros experimentos, francamente no me convencieron. Sentía en cierta forma que estaba en una encrucijada de caminos. Pero no podía ser. Surgió entonces la idea de agregar algo de cola vinílica a la masa. Hice varias pruebas hasta que logré la que a la postre resultó la mas exitosa por lograr inclusive una buena aproximación a la apariencia de piedra y además de fácil manejo, ya que por ser más suave, facilitaría su aplicación y tallado posterior que seguidamente explicaré.-
 
 
 
Antes de acometer esta nueva tarea, era muy conciente que no resultaría trabajo fácil. Revestir todo el castillo implicaría tener que cubrir la totalidad de sus diversos elementos en donde encontraría superficies planas, curvas, aristas, rincones y hasta las mochetas de las aberturas. Comprendí casi de inmediato que este trabajo debería hacerse en etapas, muchas etapas. La idea general era aplicar el revoque previamente definido, esperar cierto tiempo para su secado (no demasiado), y cuando estuviera a medio camino (ni muy blando ni tampoco muy seco), intentar por medio de un tallado, simular las piedras unidas entre si por medio de sus propias juntas.-
 
Voy por partes para intentar definir la técnica que había elaborado para lograr ese fin. La idea general era trazar líneas horizontales y verticales que definieran cosas tales como la forma y tamaño de las piedras, como asimismo el trabado de las mismas como si se tratase de una construcción real. En principio y para el trazado de esas líneas, utilicé una pequeña maderita plana, de más o menos un centímetro de ancho y en uno de los extremos le di forma de cuña. La intención era, ya aplicado el material y medianamente fraguado, presionar sobre el revestimiento para que se fueran marcando las antedichas líneas. Debo mencionar además y ya que simplemente se trataba de simular piedras, sobre la estructura de hormigón aplicaría un revestimiento que en líneas generales no exedería los dos milímetros de espesor.-
 
Comencé entonces a intentar formar esas líneas presionando con la improvisada herramienta de madera, pero no resultó. Al hacerlo cada rectángulo de piedra simulada y por efecto de la presión sobre sus laterales, se levantaron generalmente sobre el centro y por consiguiente, no quedaban suficientemente adheridos al hormigón. Nueva dificultad. Otro momento para encontrar una solución.-
 
Luego de mucho cabildear, encontré el método que definitivamente me dio el mejor resultado: utilicé entonces una herramienta metálica con punta (en este caso una vieja lima casi en desuso). De esta forma lograba al rayar el revestimiento, ir quitando el material exedente y de esta forma no se ejercía presión alguna sobre el resto del material y quedaba perfectamente pegado.-
 
Anteriormente mencionaba que esta tarea debía hacerse en muchas etapas y era absolutamente lógico. La superficie a cubrir tenía que ser pequeña para que cuando llegase al punto de fraguado adecuado, pudiese disponer del tiempo necesario para dibujar todas las piedritas. Si cubría áreas importantes, es obvio que el material y a medida que iba avanzando en el dibujo, llegaría a un punto en que se habría secado de forma tal que sería prácticamente imposible tallarlo con la herramienta.-
 
Pasé en esto mucho tiempo, seguramente meses. Ciertos lugares fueron dificilísimos de cubrir. Una cosa era revestir las áreas exteriores, esas que prácticamente estaban al alcance de la mano. Pero se imaginan lo difícil que debe haberme resultado cubrir y tallar por ejemplo las caras interiores de los muros ? No me alcanzaría el diccionario para trasmitirles la diversidad de posturas que mi cuerpo, manos y ojos tuvieron que adoptar para lograr este fin. Y cómo apliqué este material de revestimiento ? Algo que también omití mencionar. Era evidente que por la pequeñez de la tarea, me resultaba imposible utilizar una herramienta convencional. Pero en esta ocasión resolví el problema con relativa facilidad: utilicé unas improvisadas espátulas de chapa en tres tamaños que me dieron muy buen resultado (las hice con pequeñas tiras de chapa que en uno de sus extremos plegué para que oficiaran de mangos).-
 
Pasó tiempo, mucho tiempo, meses seguramente. Recuerdo haber trabajado con calor y también con frío. No estoy muy seguro, pero tal vez me haya llevado como un año hacer todo el revestimiento. Pero al fin se logró !!!!
 
Creo entonces que ha llegado el momento de mostrarles como quedó.-















Impactos

Tal vez suene algo exagerado el término del sub título. Pero ciertamente a nivel local, se produjeron manifestaciones de diverso orden que pienso que ameritan ser destacadas en alguna medida.-

 
Como expresé al comienzo de este extenso relato, el castillo comenzó a construirse en el garaje de mi casa. El mismo tiene una puerta de dos hojas. Por razones de mejor iluminación, siempre que el clima así me lo permitiera, trabajé con una de las hojas abiertas. La distancia que media entre este portón y la calle es de aproximadamente unos siete metros. Como es natural y lógico, la gente que por el lugar pasaba, tenía la posibilidad de ver qué cosa se estaba allí dentro realizando.-
 
Tengo la enorme fortuna de haber nacido y vivir en un país donde la gente se relaciona en una forma fluida y natural. Mantenemos en cierta forma esa mentalidad pueblerina de saludar al vecino, ser solidarios en el momento que se nos requiera, mantener los lazos familiares y nos gusta por sobre todas las cosas participar en diversas actividades sociales  y deportivas y cultivar un círculo de amigos. Conservamos aún esa forma de ser, a pesar de que en mi fuero más íntimo, no puedo dejar de reconocer que lamentablemente el pasar del tiempo ha ido deteriorando esa identidad tan propia de los uruguayos en tiempos pasados.-
 
Creo poder expresar esto con absoluta propiedad dado el hecho de que mis casi sesenta y tres años de existencia así lo ameritan. En mis tiempos de joven eran otros los valores que predominaban. Pero qué le vamos a hacer, la globalización, esa enorme telaraña que a todos nos enreda, nos ha permitido evolucionar en muchos aspectos, pero también retroceder en otros que seguramente son mucho más importantes.-
 
Millones de seres humanos en diferentes partes del mundo luchan por su supervivencia, incluso muchísimos mueren de hambre. Pero en aquellos países con economías estabilizadas o medianamente estabilizadas, la carrera materialista, el afán de obtener más y más cosas, hace que muchas personas olviden principios, preceptos morales, respeto a la ley, a las normas, la ética y el buen relacionamiento.-
 
Desde mi humilde lugar de lucha y apreciando el deterioro que se viene produciendo, he tratado de pregonar con la palabra y con el ejemplo. No es por supuesto una lucha fácil, pero siempre he entendido que es uno de los más importantes deberes y en caso de no cumplir con ellos, posiblemente también sería arrastrado por la vorágine del consumismo y las presiones del mercado. Pero qué le vamos a hacer. Somos un país pequeño, pero inmersos en el mundo y es imposible que podamos escapar a sus influencias.-
 
Pero también dejemos de llorar un poco por lo perdido y concentrémonos en mantener lo mucho de positivo que aún nos queda. Contamos  todavía con rasgos de altísimo valor por los cuales debemos luchar denodadamente todos los días.-
 
 
 
 
 
Y es precisamente por conservar aún muchos de estos rasgos y características, fue que poco a poco, muchas personas se fueron interesando en mi obra.-
 
Y como no podría haber sido de otra forma, fueron los niños, con esa frescura tan especial, libres aún de los tabúes que inconscientemente vamos adquiriendo a medida que avanzamos a la adultez, tabúes tales como el no molestar, no ser indiscreto, no inmiscuirse en asuntos que no son los propios, ellos libres aún de todas estas limitaciones, impulsados naturalmente por su curiosidad, para nada les importó lo anteriormente referido y fueron los primeros en interesarse en el tema.-
 
Recuerdo como si fuera hoy,  (una de esas situaciones tan particulares que por sus características  se graban en la memoria y la retina), que llegan dos niños en el período en que el castillo era apenas una estructura de malla de alambre.-
 
Señor... qué está haciendo ?   es una jaula para pájaros ?
 
Todavía me duele el estómago de reírme al recordarlo.-
 
Y a medida que la obra fue avanzando, también se fueron incrementando las visitas. Comenzaron a sumarse adolescentes y adultos de todas las edades. Absolutamente a todo aquel que lo deseó, le permití el ingreso a la casa y al garaje donde trabajaba. Muchos pasaron incluso a involucrarse de tal manera, que periódicamente (por no decir que en muchos casos casi a diario),  me visitaban para ver la evolución.-
 
Fue un período extraordinario, por momentos tenía grupos de ocho o diez personas que preguntaban mil cosas, incluso muchas haciendo sugerencias que atentamente escuchaba. Un intercambio valiosísimo que se efectuaba en un mano a mano espectacular, franco y cordial.-
 
Un asunto que siempre formó parte de mis desvelos (sobre todo si había niños pequeños), es que no fuera a ocurrir un accidente. Recordemos que el castillo se estaba construyendo a una altura aproximada a los setenta centímetros, sostenido básicamente por cuatro patas metálicas, pero cuanto más se avanzaba, más pesado se hacía. Fue por eso que efectué un apuntalamiento con maderas por todos los puntos que me resultó posible. La consigna y condición permanente para ver el castillo fue : "entren, miren todo lo que quieran, pero por favor, no toquen absolutamente nada !!! ".-
 
Cuando los grupos de chicos eran algo numerosos, algún hermanito o primo pequeño se "colaba". Algunos muy inquietos, pero los más grandecitos siempre se encargaron de contenerlos. Por suerte, nada pasó.-



Detalles

Paso ahora a describirles algunos elementos que he omitido enunciar. La idea original de la forma exterior del castillo era de forma rectangular. Analizando esto, llegué a la conclusión de que esta forma era demasiado rígida y a los efectos de romper en cierta forma con esa rigidez, concebí realizar en el muro del frente una especie de avance, algo así como un túnel de entrada, elevado, para que permitiese incluso el ingreso de las personas montadas en caballos y que al mismo tiempo oficiara de puesto de observación, desde donde además se tirara de las cadenas para hacer elevar o descender el puente levadizo y que también tuviera una reja para impedir el acceso.-

 
A propósito de esta reja al igual que el de todas las ventanas, las mismas las logré por medio de la malla de alambre que integra toda la estructura y que ya he descripto en anteriores oportunidades.-
 
Les mostraré ahora alguna foto y aprovecharé para sumar luego algunos otros detalles.-







 
 
Pueden apreciar sobre el borde inferior derecho, parte del avance en el muro del frente. Se aprecian mejor los cortes, llamados almenas (así me informé), tanto de los muros como de los techos de las torres y el edificio central. Estas almenas cumplían la función de permitir a los soldados disparar las armas por su corte más bajo y parapetarse detrás de los cortes altos de los ataques de los enemigos.-
 
Todo esto se hacía desde una vereda o plataforma que rodeaba todo el perímetro a gran altura y para acceder a ella hice dos escaleras, cada una de ellas paralelas a los muros laterales. Menudo trabajo me dieron estas escaleritas. El armado del encofrado fue bastante complejo. Tengan presente que constan de doce escalones, de unos dos centímetros de ancho cada uno y una altura por escalón de algo así como medio centímetro. Cortar todas las piezas y el pegado de las mismas me demandó mucho tiempo. Es de destacar que estas escaleras están empotradas de cierta manera en el propio ancho de la vereda, detalle que en futuras presentaciones de fotos apreciaremos mejor.-
 
Observen ahora la enorme puerta de entrada al edificio central. En ese momento estaba solo el hueco de la misma y si se fijan bien, apreciarán que justo en ese momento estaba abocado al proceso de revocado y marcado simulador de piedras de las paredes. (Desde la parte superior de la abertura hasta el suelo se aprecia la pared de hormigón en bruto).-
 
Se aprecian también los mástiles de las banderas de las torres (en este caso utilicé varillas de hierro acerada) y que fueron empotradas en su lugar en el momento del llenado del hormigón. Las banderas son simplemente cortes de cartón plástico que incluí provisoriamente para satisfacer el deseo de algunos niños.-




Pisos

Estos merecen un capítulo particular. En principio pensé en utilizar la misma técnica que en las paredes con el empleo de los mismos materiales, pero analizando el asunto con mayor profundidad y teniendo en cuenta que estas zonas (los techos de las torres y el patio interior) son las áreas que más iban a sufrir con el agua, no sólo las que caen de la misma fuente, sino también las de la lluvia, decidí en definitiva hacerlos con piedras naturales.-

 
Afortunadamente vivo a unos 500 metros de la costa. Tenemos allí una playa muy disfrutada en época de verano. Un poco más al oeste hay otra playa de mayores dimensiones y precisamente en esta última, en una de sus puntas, donde hay zona rocosa, procuré proveerme de las piedras adecuadas para este fin.-
 
Hay muchos "cantos rodados", piedras de formas redondeadas, que obviamente no me servían. A pesar de eso descubrí unas piedras de color negro que si podían adaptarse mejor a mis necesidades. Claro que no brillaban por su abundancia y además no todas eran las adecuadas. Tenía que tener muy en cuenta no solo su tamaño sino además su espesor (debía seleccionar las más "chatitas" posibles).-
 
Fue una época muy especial. Pleno verano. Allá iba yo con un balde a seleccionar y recoger mis piedritas. Horas y horas urgando entre miles y miles de piedras. La gente que tomaba sol y se bañaban me observaban con extrañeza. Algunos me consultaban. Les expliqué que estaba haciendo un castillo. Nunca olvidaré a esos rostros que me devolvían miradas de incredulidad.-
 
Fueron muchos días de viajar con mi balde hacia la playa. Mientras los demás disfrutaban del sol, del baño, del mate, la charla, la pesca, yo disfrutaba a mi manera, mi obra ya estaba tomando forma y sobretodo en mi mente ya imaginaba cómo iban a quedar esos pisos.-
 
Muchos días regresaba con un cuarto de balde de piedritas, o un poco menos. Dependía mucho de como se hubiese movido el mar en los días previos, de la dirección del viento y del movimiento mismo de la arena. Recuerdo como si fuera hoy (abril del 2008), un día en que regresé tan sólo con siete piedritas luego de haber estado buscando por más de cinco horas. Fue realmente frustrante, pero los materiales me eran necesarios y persistí como correspondía en días posteriores.-
 
Al final junté una cantidad que me pareció suficiente como para empezar a cubrir los techos y piso. Pero antes de empezar este nuevo trabajo, me armé varias cajitas con cartón plástico e hice una clasificación por tamaños y espesores.-
 
Comencé por los techos, procurando que los pisos quedaran en caída hacia los desagües (que en el caso de las torres son tres y el edificio central tiene ocho). Estos desagües están hechos con cañitos de cobre y sobresalen ligeramente de los bordes exteriores. Todo esto pensando y como es natural, que las aguas, tanto de la fuente como de la lluvia, no queden detenidas allí y facilitando de esta manera su retorno al foso.-
 
Preparé entonces una mezcla fuerte de arena y cemento y le agregué tierra de color negro. Armé entonces los pisos de una forma muy similar a un rompecabezas (cada piedra lo mejor adaptada en lo posible a sus vecinas), y lentamente logré tener todos los techos y piso de patio completos. Observando su terminación, quedé realmente satisfecho por su realismo.-






 
Esta es una foto en donde se aprecia parte del piso del patio interior aún sin revestir, las ventanas sin los vidrios, la vereda desde donde se hacía la defensa y parte del túnel de ingreso al castillo.-
 
 
 
Omití entre otras cosas mencionar, que además del revestimiento en piedra del patio interior, el castillo tiene una vereda a lo largo de la parte exterior de los muros que incluso en su frente es mucho más ancha que en el resto, dado el hecho de que aquí se encuentra el túnel de entrada y la vereda es de ese ancho. Todas estas veredas, obviamente, también las revestí en piedra.-



Pintura

Como también dije al principio, para muchas cosas hay que tener suerte en la vida. Muchos de los materiales los compraba en una ferretería. Cuando la obra comenzó a tener ciertas formas ya definidas y habiéndole ya sacado algunas fotos, me permití mostrarlas en ese comercio. Para mi enorme sorpresa el trabajo acaparó parte de la atención no sólo de los empleados, sino también del dueño que además de haberse molestado a concurrir a verla en mi propia casa, se ofreció a orientarme en todo lo posible en el tema terminaciones con pintura.-

 
A tal extremo llegó su involucramiento, que recuerdo que cuando se refería al trabajo a realizar, lo decía en estos términos: "nosotros lo primero que tenemos que hacer es impermeabilizar a fondo toda la estructura". Para eso me suministró un elemento impermeabilizante que sella todos los poros y que tuve que aplicar siguiendo sus orientaciones "dale por lo menos tres manos, me dijo".-
 
Luego me sugirió para el acabado final, el empleo de una base de latex acrílico para cuyo color elegí de un libro enorme que tiene miles de tonalidades, el color que según mi criterio, más se pareciera a la piedra en sus tonos de grises.-
 
Así pinté todo el castillo. Luego, para que no quedase demasiado uniforme en su tonalidad, decidí pintar algunas piedras (en forma salteada e irregular), en una tonalidad distinta. En este sentido este ferretero, de nombre Ricardo, me sugirió que "cortase", o sea separase algo de pintura, luego le sumara un entonador de color negro y así lograría un tono más oscuro. Con diminutos pinceles chatos me dediqué luego a pintar, una por una y teniendo en cuenta que no tenía que manchar a las piedras vecinas, todas las piedras que tendrían un tono más profundo..-
 
Al igual a cuando dibujé las piedras, las zonas que me resultaron más difíciles de pintar fueron las interiores, muchas veces con la cabeza inclinada sobre los muros y permanentemente buscando un punto de apoyo a la mano para que no me fallara el pulso. Al final, como tantos otros desafíos, la tarea quedó cumplida y como en la naturaleza no todas las piedras son iguales, esta mezcla de tonalidades también le permitió al castillo tener ciertos visos de realismo.-
 
Desde aquí te expreso Ricardo mi más profundo agradecimiento por tu invalorable apoyo y contribución.-



Vidrios

Concluidas  ya las terminaciones de los muros, paredes y techos de los edificios, piso del patio interior y veredas, tenía entonces que abocarme a colocar los vidrios de las ventanas que como dije antes son treinta y dos.-

 
La idea base era darle vida con la utilización de distintos colores. Por supuesto no podía pretender diseñar los vitrales tan típicos de la época ya que me hubiese resultado algo imposible de lograr por no poseer ni los más mínimos conocimientos y medios para hacerlo.- Para salvar esta imposibilidad decidí entonces armar estos "ventanales" con vidrios de diferente color en forma de damero. Lo que pretendía era utilizar cuadraditos de cuatro colores, rojo, azul, verde y amarillo y pegarlos sobre un vidrio transparente fino que le diera consistencia a todo el conjunto. Luego pegaría estas placas por dentro de las paredes con un adhesivo adecuado.-
 
Comenzó entonces un período de búsqueda de vidrios con esa finalidad y ahí se inició un largo periplo de inconvenientes que seguidamente pasaré a describirles y que incluso puede llegar a transformarse en un relato jugoso e interesante.-
 
Luego de mucho buscar vidrios averiguaciones mediante, como también hasta en las ferias donde se encuentran distintos artículos y elementos, no encontré la solución al asunto. Necesitaba vidrios de color uniforme y lo más próximo que podría haber utilizado eran simplemente vidrios decorados y con relieves propios de los tiempos que vivimos.-
 
Habiendo llegado entonces a la conclusión de que hacer mis ventanales de vidrio era imposible, decidí entonces utilizar un material que desde el punto de vista visual posee características similares y que es el acrílico.-
 
Tendría además ventajas frente al vidrio para trabajarlo, porque admite el corte con sierra. Por supuesto que también dada su naturaleza posee varios inconvenientes : se raya con facilidad y al tener que pegar piezas entre si hay que tener mucho cuidado con el material adherente porque si se corre, se mancha.-
 
Compré unos recortes de los cuatro colores y empecé con mucho entusiasmo a trabajar. Cuidadosamente tracé líneas perpendiculares entre si para armar un cuadriculado de dos centímetros y medio por lado cada pieza a cortar.-
 
Utilicé luego una sierrita de calar de dientes muy finos y comencé con mucha paciencia a cortar. Había calculado previamente cuántos cuadraditos iba a necesitar (creo que en total son ciento noventa y ocho) y corté algo más de doscientos por si me fallaban algunos por diferentes motivos. Y así fue. Menos mal que tenía excedentes. Les aclaro que las ventanas tienen formas y tamaños diferentes, las hay pequeñas, otras medianas y una en particular más grande que todas las demás. Las hay de tres pequeños vidrios ensamblados, de cuatro, de seis, de ocho y la mayor de dieciséis.-
 
Como comprenderán, luego de muchos días de trazar líneas y cortar, vino entonces la etapa del armado de los diferentes juegos. Para mantener un mismo plano en las placas que se formarían, ese pegado lo tenía que hacer sobre una superficie plana. Usé un adhesivo líquido de secado rápido. Primer gran problema que se me presentó. Previo al pegado armé los juegos de piezas y allí descubrí algo que debía haber previsto y no hice. Todos los cortes de sierra fueron hechos a mano y claro !!! , la mano no es una máquina y los cortes no eran perfectos. Aparecieron ligeras falsas escuadras, rebarbas e inclusive desvíos en los laterales de cada pieza. Frente a esto no me quedaba otra alternativa que corregir estos defectos porque los cuadrados tenían que quedar perfectamente ajustados entre si.
 
Tomé entonces una lima y a medida que iba armando cada juego procedía a ajustar cada pieza. Al tener el primer juego, probé entonces el pegado. Obviamente esto sería (como casi todo lo demás) toda una experiencia nueva. Corté una pieza de madera para utilizar encima de una mesa y tomando ésta como base, comencé a intentar este pegado.-
 
El adhesivo líquido viene en un tubo o pomo con un pico vertedor o gotero. Usé entonces éste para colocar el material sobre los perfiles de los cuadrados y apoyándolos sobre la madera que mencioné antes, procedí a juntarlos entre si ejerciendo presión para que quedaran perfectamente unidos. Nuevo problema !!!   Al deslizarlos ligeramente en la aproximación final y también por efecto de la presión, el material excedente se corría  y terminó manchándome los "vidrios" de acrílico.-
 
El asunto era buscar la forma de solucionar este problema ya que por supuesto no podía admitir que los vidrios me quedaran manchados. Luego de mucho pensar, logré salvar la dificultad haciendo unas ranuras en la tablita y éstas me permitieron en el momento de unirlos, (al quedar la zona de pegado en el aire), que el posible excedente de material no se extendiera sobre la superficie manchándola. Además, a medida que fui avanzando, aprendí a utilizar las cantidades necesarias para que no hubiesen  excedentes de pegamento.-
 
Luego de transcurrido muchísimo tiempo de cortar, limar y pegar, obtuve los treinta y dos juegos de vidrios para las ventanas. Pero al iniciar su colocación pegándolas por el interior de los edificios, descubrí que había cometido un error garrafal: los cortes los había hecho como dije de cuadrados de dos centímetros y medio para que coincidieran precisamente con las mismas medidas de las rejas de las aberturas, pero no me quedaba margen para el cementado interior salvo los apenas dos o tres milímetros que se cerraban  en las aberturas como consecuencia del revocado de las mochetas, que dicho sea de paso, no fue nada fácil hacerlas. Tuve que emplear un cuchillo de punta redonda para aplicar el revoque a través de los alambres de las rejas.-
 
 
 
 
 
Les mostraré ahora para matizar un poco el relato, algunas imágenes un poco avanzadas al momento que estoy describiendo.-
 
 

















 
Volviendo al tema vidrios de las aberturas, como comprenderán y fruto de mi imprevisión, ese trabajo de armado de todos los juegos de vidrios que me había demandado seguramente más de un mes de trabajo, se transformó en un tiempo totalmente perdido.-
 
Pero bueno, errar es humano y hay que asumir las consecuencias de nuestros propios errores. Tenía que solucionar el problema y para eso recomenzar la tarea tomando muy en cuenta no tropezar con las mismas piedras.-
 
Concluí además que los inconvenientes no sólo se presentaban por el tamaño de los vidrios, sino además por el número de colores empleados. Como dije en anterior oportunidad, los colores que estaba empleando eran cuatro: rojo, azul, amarillo y verde. Se generaba una dificultad importante en su distribución dentro de cada juego. Me explico mejor. En aquellas aberturas que tenían tres pequeños cuadraditos, obviamente se utilizaba un color menos. En las que requerían seis cuadraditos, se repetían dos de ellos y así sucesivamente en otras circunstancias. En resumen, se producía un desequilibrio visual que había apreciado desde el comienzo y que no me había terminado de convencer totalmente. Sumado a esto surgió otro inconveniente que fue el detonante final para que tomara la decisión de comenzar todo de nuevo y que era la excesiva transparencia de los colores verde y amarillo, que resultaron tan traslúcidos, que incluso se visualizaban las lamparillas eléctricas del sistema de iluminación que ya había elaborado y que les describiré en un capítulo posterior.-
 
Decidí entonces para solucionar todos estos problemas tomar tres medidas: la primera, usar únicamente dos colores, que en este caso fueron el rojo y el azul. La segunda, adaptar el tamaño de los cortes de cada pieza a las circunstancias y la tercera, hacer cortar estas piezas en una empresa especializada.-
 
En cuanto al tema del tamaño de los cortes, comprendí que únicamente los pequeños vidrios centrales tenían que tener dos centímetros y medio por lado, los laterales serían de dos y medio por tres y los de los vértices de tres por tres.-
 
De esta forma tendría sobre cada margen un excedente de medio centímetro que me permitiría el cementado sin problemas por la cara interior de las aberturas. La tarea de hacerlos cortar (cosa que se hace a máquina), me facilitó enormemente el trabajo dado que salvo algunas muy pequeñas imperfecciones que pude corregir con suma facilidad (por ejemplo algunas rebarbas), lograba en definitiva no sólo contar con las medidas adecuadas, sino además  mantener las escuadras de cada pieza que me permitieran su correcto ensamblado sin que se produjeran ajustes incorrectos entre si.-
 
Al contar con todos los elementos, procedí entonces al armado de los treinta y dos nuevos juegos y concluido esto, comencé a ubicarlos en sus sitios cementación mediante. Este trabajo pudo realizarse sin mayores inconvenientes en las aberturas con paredes rectas. No fue así con las ventanas de las torres, que al ser cilíndricas y por consiguiente sus paredes curvas, tuve que adaptar el mocheteado hacia el interior a los efectos de lograr un mismo plano y el ventanal se apoyase en este plano evitando los huecos que se producían en la parte superior e inferior (donde se encontraban las curvas de estas paredes cilíndricas).-











Puerta de entrada

 
Describiré ahora y aprovechando que podemos observarla en las fotos anteriores, la puerta de entrada al edificio principal.-
 
En principio pretendí que esta gran puerta de dos hojas, fuera de madera. Comprendí luego que al estar expuesta al agua en forma casi que permanente, cuando la fuente entrara a funcionar, debía para conservarla en el tiempo, hacerle un tratamiento especial de impermeabilización que por más bueno que fuera, no podría sostenerse indefinidamente a menos que mediase un asiduo mantenimiento (representaría mucho trabajo para los años venideros).-
 
Decidí entonces hacerla del mismo material que el resto, o sea, de hormigón (o concreto, como suele llamársele en otros sitios). Esta decisión fue muy fuerte para mi ya que no era lo mismo trabajar,  como ustedes comprenderán, la madera, que hacerla de hormigón.-
 
Como se aprecia en las fotos, esta puerta tiene, al igual que todas las ventanas, un arco de medio punto. Saqué en principio un molde de la abertura, dejé algunos milímetros de margen entre el tamaño de la abertura y el de la misma puerta para permitir sus movimientos. Dividí este molde en dos y obtuve así dos plantillas con la forma de ambas hojas. Corté luego unos flejes que pegué a lo largo de cada una de ellas que tenían unos cinco milímetros de ancho y que al pegarlos en el ancho de las plantillas, me daba la posibilidad al llenar, de contar con un espesor de hoja de aproximadamente tres milímetros . Utilicé en este caso una malla de metal muy fina como las que se utilizan en mampostería, y que me serviría de nervio para que el fino hormigón no se quebrase.-
 
Previo al llenado tenía que tener muy en claro cómo se iban a colocar las bisagras que sostendrían las hojas en sus respectivos marcos. También en esta circunstancia, el factor suerte estuvo de mi lado. Conversando sobre el tema con el amigo ferretero, me sugirió usar dos bisagras de bronce, dividirlas longitudinalmente y luego darle la forma de alcayata. Así lo hice. Claro que no con muy poco trabajo (las bisagras tienen un espesor de unos dos milímetros), corté ambas al medio y luego procedí, lima mediante, a darle las formas que se pueden apreciar. Esto me llevó más de una semana.-
 
Le soldé a cada una un tornillo también de bronce, de un largo tal que pudiese pasar el ancho de las paredes y sobrando un poco. De esta forma, luego de tenerlas prontas, las colocaría en su posición, marcaría entonces el lugar en que deberían ir estos tornillos, taladraría la pared, los pasaría luego a través de estas perforaciones y por el lado interior les colocaría unas mariposas (no se si en todos lados se les llama así, pero son unas tuercas que tiene dos pequeñas paletas que permiten su apretado, incluso a mano), logrando así el afirmado de ambas hojas.-
 
También previo al llenado y como la cara delantera sería la que se formaría en la propia plantilla, marqué en las mismas la forma de las cuatro bisagras y las calé a una profundidad suficiente como para que las bisagras quedaran al ras de la plantilla y empotradas prácticamente en ellas a los efectos que al llenarse, el hormigón no invadiese su cara delantera y obviamente las bisagras quedaran a la vista.-
 
Así lo hice y al momento de preparar el material de relleno, le agregué tierra de color marrón. Hecho el llenado y esperado el tiempo necesario de secado, desarmé ambos moldes con mucho cuidado y le di a toda la superficie de ambas hojas una pátina de cemento líquido también con color marrón. La terminación final se la di con pintura y logré en definitiva un color muy parecido a la madera. Las coloqué luego como dije y quedaron muy bien, incluso pueden abrirse y cerrarse ambas hojas.-
 
Nuevamente, Ricardo, gracias por tu sugerencia y tus valiosos aportes.-






 
Esta es una foto sacada a través del túnel de entrada y donde se observa al fondo la enorme puerta. También se aprecian en primer plano las supuestas "piedras" que forman la estructura y la reja de entrada, que en este caso tiene las puntas inferiores dobladas (me pinché cientos de veces al trabajar poniendo el piso de piedra), je je je. Es que apenas entra mi mano allí y fue realmente complejo lograrlo.-



Puente levadizo

 
Simultáneamente con la construcción de la puerta, diseñé también el puente levadizo que permitiría los ingresos y egresos al castillo, como asimismo su aislamiento al ser elevado, impidiendo así la entrada de las posibles fuerzas enemigas a través de él. Estas se encontrarían con el inconveniente insalvable del foso que al circundar por completo a la construcción, la transformaba en una fortificación prácticamente inexpugnable.-
 
Debí por supuesto tener muy en cuenta sus medidas, tanto el ancho del mismo para que se adaptase al túnel del frente, como asimismo su largo, que debía apoyarse en la pared externa del foso de referencia.-
 
Los materiales empleados fueron los mismos que de la puerta, incluso llenados en el mismo momento. Previamente diseñé algunos elementos tales como un eje de varilla de bronce, dos piezas que se empotrarían en la pared interior del foso que contenían  agujeros a través de los cuales pasaría el eje y por último, dos pequeñas piezas, también de bronce y con un agujero cada una, que sostendrían las cadenas que elevarían o harían descender al puente.-
 
A propósito de las cadenas y frente a la imposibilidad de obtener unas de tamaño adecuado, opté por crearlas a partir del uso de un alambre de cobre que cuidadosamente envolví en un eje metálico (en este caso fue un destornillador) y que procedí luego a cortar, sierra mediante, en forma transversal, obteniendo así eslabones que luego enganché los unos a los otros y formé dichas cadenas. Dato también a suministrar es que las mismas pasan a través de los muros por unos cañitos y el grosor de la cadena tenía que ser tal, que pasase en forma holgada y así se logró.-
Complementé luego con una máquina para traccionar las cadenas que se montó en el patio que queda en la parte superior del túnel de entrada. Esta pequeña "máquina" es apenas un rodillo, con un eje y manivela giratoria, montados a su vez en dos piezas que amuran el artefacto al suelo. Como comprenderán, estoy hablando de medidas muy pequeñas y el obtener los componentes adecuados me insumió varias horas de recorrer las áreas periféricas de ferias vecinales (donde se vende de todo tipo de cosas), hasta que al fin pude lograr mi objetivo.-






Esta es una foto que nos muestra el patio superior al que hacíamos referencia, las cadenas y la máquina de tracción.-


Escudo

 
Les confieso que no creo mucho en la "casualidad", más bien creo en la "causalidad" de las cosas, como sostienen muchos brillantes pensadores. Pero resulta bastante difícil concebir esto último cuando ocurren cosas como las que a continuación relataré.-
 
En una de mis peregrinaciones por la playa en búsqueda de las tan preciadas "piedritas negras" que significaron gran parte de mis desvelos, en determinado momento mis ojos se posaron en una piedra muy particular. Tenía forma de corazón, color marrón y matizado seguramente por los rayos del sol con miles de destellos brillantes.-
 
En cuanto la vi, lo supe. Serás el escudo de mi castillo. La tomé entre mis manos y su textura me dio la pauta de que su dureza (que apreciaba no era demasiada), no sería un inconveniente para su tallado.-
 
Al regresar de la playa y con mucha ansiedad, le pedí excusas a mis pisos inconclusos y me dediqué por entero a diseñar el escudo. Lo primero que hice fue afirmar la piedra protegida por una tela en una prensa y luego, utilizando una lima grande, comencé a intentar su tallado. Con satisfacción comprobé que mis impresiones primarias en cuanto a su dureza, a medida que comencé a limar, fueron absolutamente confirmadas. Su estructura aplanada y con forma de corazón, fueron un punto de aproximación importante a la forma que pretendía darle. Concluída ésta, procedí entonces utilizando la punta de una vieja navaja, a tallar sus bordes y a lo largo de todo el perímetro, dejando lo que a la postre constituyó una especie de marco.-
 
Se supone que una obra de estas características, por su propia solidez y siempre y cuando los depredadores no lo impidan, me sobrevivirá largamente en el tiempo por razones obvias. Y como humanamente es posible y por razones de ego, tenía que dejar mi huella, marca o sello. Y qué mejor ocasión que esta para lograrlo ? Fue entonces y dado que por razones de espacio no podía incluir mi nombre completo, decidí poner mis iniciales que son LAM.-
 
Pero al mismo tiempo quería que en el escudo hubieran números romanos. En el caso de la "L" y la "M" no eran un problema, porque si lo son. El asunto estaba con la "A" que no es número romano. Decidí cambiar la "A" por la "V" (la "A" invertida y sin el palito) y que si es también número romano. Quedó entonces la futura inscripción como LVM.-
 
Recorté luego estas letras de un periódico, tamaño y distribución adecuadas y procedí a pegarlas en sus respectivos lugares.-
 
Tomándolas como moldes, punta de navaja mediante, granito por granito, logré su tallado. Procedí después al retiro de las letras de papel y así quedó el trabajo. Recuerdo perfectamente que todo este proceso me llevó ocho días, mucha paciencia, pero también una enorme satisfacción.-






Así quedó mi escudo. En este caso, celosamente custodiado por mi amiga, la gata, de quien hablaré más adelante.-



 
Para matizar un poco el relato, haré unas consideraciones sobre algunas cosas que fui en cierta forma "descubriendo" a posterior de haber colocado el emblemático escudo en su correspondiente lugar.-
 
Retrotrayéndolos en el tiempo, seguramente recuerdan que la idea fue estampar en el escudo números romanos. Este resultó siendo el LVM. Como es lógico pensar, una inquietud inmediata que se me presentó fue saber si esta combinación de letras representaba un número real. La incógnita se generaba por mi falta de conocimiento en la materia. Para despejar las dudas, no encontré una mejor opción que ubicar una respuesta consultando la web. Así lo hice, encontré un convertidor de números, escribí los míos y ahí sobrevino una de las mayores sorpresas. Algo que jamás hubiese podido consebir : el resultado fue el número 1055. Si, un número de año perfectamente comprendido dentro del período medieval !!!.-
 
No les exageraré ni un milímetro en cuanto a la sorpresa que este descubrimiento causó en mi. El corazón me latía muy fuerte. Otra vez presente la disyuntiva entre la "casualidad" y la "causalidad" ?.-
 
Presurosamente corrí a meterme dentro de cuanta página sobre castillos había en la red. Mi curiosidad era tan inmensa que incluso llegué a buscar por "Castillos del año 1055".-
 
A medida que iba avanzando en la búsqueda, sinceramente pensaba que en cualquier momento podía aparecer un castillo igual al mío. Busqué y rebusqué. Dediqué decenas de horas en esto. Al final, nada ni siquiera similar encontré, por suerte. Y digo por suerte, porque en el caso de que así hubiese ocurrido, qué explicación lógica y racional tendría una coincidencia tan notable ?  Son interrogantes que quedan en el camino. A pesar de esto, también les confieso que de tanto en tanto, sigo buscando.-
 
 
 
Pero esto no fue todo. Absorto en la contemplación de LVM descubrí algo que por supuesto me resultará algo difícil de describir a través de la escritura, pero que intentaré hacerlo de la mejor manera posible.-
 
El asunto a que hago referencia, tiene que ver con la fonética (la forma de hacer sonar las letras).- Veamos. Si las pronunciamos en español, sonarían algo así como: ELE-VE-EME. Correcto ?. Bien. Ahora hagamos lo siguiente: Pongamos un tilde o acento en la segunda E (elé). Paso seguido, eliminemos la tercera E (queda entonces la V sola). Quedaría entonces el conjunto de  esta forma : elé-v-eme.  Juntemos por último todos los segmentos y quedaría: eléveme.-
 
 
 
Siempre me he auto considerado un ser muy racional. Tal vez en esta instancia mi imaginación voló demasiado hacia lo alto. Eléveme ?.  Seguramente otra gran interrogante que quedará en el camino. No lo se, pero creo que da por lo menos para pensar un poco en ello.-




Luces interiores

 
Pasaremos ahora a un nuevo aspecto que hasta ahora apenas he mencionado y trataré de describirlo con la mayor claridad posible.-
 
La idea de iluminar todos los edificios, surge como consecuencia de pretender, por sobre todo en las horas nocturnas, de darle cierta vida al castillo, que no se viera como una obra muerta, sino que se simulase un dinamismo visual que trasmitiera la sensación de movimientos dentro de él.-
 
Concebí a todos estos efectos la idea de colocar luces que funcionaran en forma intermitente y alternada. El tema de análisis en principio fue qué voltaje utilizar en esta iluminación. De hecho y por lógicas razones, emplear altos voltajes (a pesar que se contaría con la adecuada aislación con el agua en el interior de los edificios), implicaría un serio riesgo en caso de que se produjese algún accidente y las naturales consecuencias que podría traer un hecho de esta naturaleza tanto desde el punto de vista físico como del riesgo incluso de vida que un cortocicuito podría generar a una persona que por alguna razón entrara en contacto con la estructura en el momento de producirse el hecho.-
 
Les comento asimismo que la idea era que los edificios fueran encendiéndose y apagándose en forma alternada y no todos al mismo tiempo. Salí entonces a buscar en los comercios de plaza un secuenciador que me permitiera lograr estos efectos. Me encontré al final de mi búsqueda con que todos funcionaban a 220 volts y eran incompatibles con el razonamiento anterior por las razones expuestas.-
 
Esta es una materia (la electricidad), que no forma parte de mis exiguos conocimientos. Tuve por consiguiente que efectuar consultas para ver si podía obtener soluciones al problema, porque no estaba dispuesto a que mi castillo se quedara sin luces.-
 
Por suerte la vida me ha dado la posibilidad de conocer muchas personas, valiosísimas muchas de ellas. No debo en esta instancia omitir la enorme colaboración que en este aspecto me brindó mi amigo Néstor, técnico en electrónica él, que encontró la forma de que toda la línea eléctrica funcionara con tan sólo 18 volts.-
 
Gracias a él pude contar con un aparato electrónico que cumpliría a satisfacción con los objetivos fijados y que no implicaría ningún tipo de riesgo.-
 
El aparato en cuestión, fue elaborado con seis salidas, una para cada edificio. Me dediqué entonces a armar todas las líneas de luces con sus respectivos portalámparas y focos.-
 
Como el voltaje a emplear (transformador mediante) era de 18 volts, conseguí lámparas de 6 volts y armé seis líneas (una para cada edificio), con tres lámparas de seis cada una. De esta manera y ya que cada encendido se produciría en forma individual, estaría dentro del voltaje permitido. El armado de la secuencia de apagados y encendidos pude lograrlas a mi gusto, dependiendo exclusivamente del lugar en que deseaba hacer la conexión. No encontré mejor idea que hacer que los edificios encendieran y apagaran de forma cruzada, es decir, en la medida de lo posible, que esos encendidos y apagados se hicieran de una forma opuesta de los edificios entre si de acuerdo a la ubicación que a cada uno le corresponda en el conjunto en general.-
 
Menciono además que desde el punto de vista técnico, se tuvieron en cuenta posibilidades tales, como contar con controles que me permiten acelerar o desacelerar la velocidad de la frecuencia de los encendidos, como también la intensidad de la luz.-
 
Logradas todas estas circunstancias, teniendo ya todas mis líneas armadas, dediqué mi tiempo a colgar los juegos de luces suspendidas desde los techos, factor éste que tenía previsto desde el inicio y a cuyos efectos había dejado ya los enganches adecuados para lograrlo.-
Todo funcionó a las mil maravillas. Dejé si cierta lentitud en la secuencia del encendido y escaso brillo para que esa iluminación se aproximase a las luces que se empleaban en la época (faroles, candelabros), ya que la electricidad aún no era dominada por la humanidad.-



Fidelidad






 
Muchas personas me visitaron y me rodearon a lo largo de tan extenso período. Pero el ser vivo que más me acompaño en todo el proceso fue una amiga : mi gata.-






 
Así fuera verano o invierno, lloviera o con mucho sol, siempre estuvo allí, acurrucándose prácticamente sobre mis pies.-
 
No tengo explicaciones, tal vez simplemente su instinto natural (es un animal doméstico), o tal vez simple curiosidad sobre mis movimientos. En alguna oportunidad imaginé advertir en su mirada algo de eso.-
 
Claro que esto representó también complicaciones para mi. Trabajando en el garaje, permanentemente tenía que poner mi atención para ver en qué lugar estaba, e incluso en varias oportunidades, cuando mi concentración estaba al máximo, olvidándome de su eterna presencia, más de un pisotón se llevó (pobre).-








Esta secuencia de fotos han sido tomadas fuera del relato cronológico, con la fuente ya en el jardín, pero como ven, mi gata en una absoluta actitud de propiedad y celosa custodia de la obra.-    


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